Era 1985: la Guerra Fría tenía como uno de sus puntales la carrera espacial. La estación Salyut-7 era una de las joyas de la corona de la industria soviética. Sin embargo, de repente dejó de comunicarse. Una de las mayores y más complejas misiones espaciales aterriza en la pantalla a través de esta soberbia película de aventuras, que incluye cuarenta minutos rodados en gravedad cero.